jueves, 10 de marzo de 2022

Sobre Narcisismo y Manipulación.

Ese espectro llamado "Los Demás"

Generalmente tenemos dos clases de personalidad social, la real y la que presentamos ante el mundo que nos rodea. Es decir, nuestro desempeño diario se basa en vivir aproximadamente doce de las veinticuatro horas en contacto con personas ajenas al círculo familiar y nuestra personalidad se enfoca, voluntaria o involuntariamente, a complacer la aprobación de esas personas. En algunos casos hay personas que necesitan psicológicamente dicha aprobación y en otros los hay que utilizan esa necesidad para beneficio personal. En la mayoría restante existe ese vicio implícito de satisfacer la neurosis de la gente. Los habrá que no sean de esa manera pero son un mínimo porcentual. Pero el tema que nos atañe en esta ocasión es el de la opinión de terceras personas y la manera en que intervienen en nuestra vida personal.

No es poco común que nos encontremos situaciones en las que alguien nos dice cosas como:

"Eres demasiado viejo(a) para vestir así".
"Eres demasiado gordo(a), ¿por qué no bajas de peso?.
"Eres demasiado flaco(a), ¿por qué no haces ejercicio para subir músculos?.
"Tu forma de vestir no te favorece, ¿por qué no buscas algo que te quede?.
"Eres un(a) tonto(a), no sabes hacer tal o cual cosa".

Los anteriores son juicios cordiales comparados a humillaciones peores pero ciertamente la opinión "Sabia" de esos que lo juzgan a uno no son en absoluto "Constructivos" y de hecho lo que buscan, aparte de causar estragos emocionales, es completar su propio universo de egocentrismo y carencias psicológicas que necesitan verter en perjuicio mental de quienes ellos consideran "Pequeños". Desde luego haría falta una tabla de definiciones y niveles elaborada por un experto en psicología y no por alguien que solamente opina por observación personal, como es el caso.

Pero enfoquemos un poco más. Generalmente recibimos juicios y hasta juicios expuestos a la mofa de otros más y terminamos cayendo presas de esas descalificaciones pero olvidamos algo importante: las cosas deben tomarse de acuerdo a la dimensión de quien vienen. Por lo regular olvidamos que somos como nos sentimos cómodos de ser y que nuestra elección no debe estar sujeta a la aprobación de nadie que no sea uno mismo.

Cuando una persona nos juzga, nos da consejos no solicitados y de hecho se atreve a desaprobar lo que somos, en realidad lo que tiene es miedo de no estar cumpliendo, esa persona, con los parámetros de otras exigencias a las que también son sometidos. Es cierto que podemos cometer errores hacia nosotros mismos como no tratar de vernos bien y sentirnos bien con nosotros mismos pero esas cosas las debe determinar precisamente uno mismo. Una opinión de pate de alguien que nos quiere puede ser dura pero es evidente que puede estar enfocada al cariño y busca de alguna forma sacar brillo de lo que ya somos pero esas opiniones son empáticas y en un cerco de solo dos personas sin intermediarios. Las observaciones hechas sin esa empatía solamente reflejan arrogancia y narcisismo y no son bajo ninguna justificación, algo que busque hacernos mejorar. Haga lo que uno haga, no habrá modo de complacer a una persona manipuladora.

Pero existe algo importante llamado "Autoestima" y esa solamente se edifica bajo el auto juicio y no porque existe alguien más que lo haga por nosotros. Uno como persona debe saber lo que está bien y lo que está mal en uno mismo y tratar de trabajar en ello pero jamás debe ser por complacer a nadie más, ni siquiera a una pareja. Cuando una persona tiene la autoestima bien estructurada no necesita ser aprobado ni reprobado por nadie más. Y justamente es la autoestima dañada la que determina que una persona narcisista sea destructiva y necesite dañar a los demás. Pero hay más. Por increíble que resulte, muchas veces es la propia familia la que suele dañar a la gente y muchas veces arrastramos esos daños desde la infancia y/o la adolescencia.

¿Cuántas veces no fuimos señalados por la propia familia que nos consideraba incapaces de ser o hacer algo?. Es muy común que, de niños, a mucha gente le digan: "¡Eres un idiota!", "¡Tú no puedes hacer eso!", "Tú eres incapaz de hacer tal o cual carrera, no tienes el talento"... y muchas más cosas en las que, para los familiares (e incluye todas las ramas), no estamos hechos para realizarlas. El error inicial es la mezquindad natural de esa parte de nuestras vidas familiares y viene de esas terceras personas, el error más grave, no obstante, es el de uno mismo al aceptar tales juicios. Es cierto que uno es demasiado inexperto para asimilarlo a edad temprana pero también lo es el hecho de que uno debe encontrar el lugar que nos haga sentir felices y en armonía, y eso no lo determina nadie más, solamente uno mismo.

Recuerden. La vida de usted no depende de nadie, depende de usted mismo(a) y es su propia responsabilidad mejorar o pulir lo bueno de usted. Si usted es de las personas que necesitan aprobación de terceros, está en el camino incorrecto. Le sugiero un buen día despertar, ponerse frente al espejo y decirse: "¡Te Amo, eres genial!". Haga esto como rutina y notará en breve muchos cambios.

De corazón dicho.

Tonih Hendricks